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Visión de mercado 2024

12/12/2023
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Pronóstico para el 2024: ¿el fin de la plata gratis?

Entre el año 2008 y el 2021 el mundo desarrollado vivió bajo un régimen de “represión financiera”, en donde los bancos centrales de dichos países, liderados por el FED, mantuvieron artificialmente bajas las tasas de interés de política monetaria como respuesta a la gran crisis financiera del 2008 y 2009. La pandemia profundizó esta política y revirtió el incipiente proceso de alzas de tasas de interés que se había iniciado el 2017.

Todo apunta a que luego del reventón inflacionario del 2022 y del continuo proceso de alza en las tasas de interés desde entonces, el mundo está entrando en un ciclo de tasas reales positivas, lo que significará un desafío enorme para una serie de países, industrias y actores económicos que se acostumbraron a costos de capital históricamente bajos.

Este ciclo de alzas de tasas ya ha cobrado algunas víctimas. Quizás una obvia fueron las carteras balanceadas el año 2022, en donde por tercera vez en un siglo, una cartera de bonos y acciones diversificada no fue un refugio para los inversionistas. Durante el año 2023 las carteras balanceadas mejoraron, pero la renta fija conservadora ha seguido siendo un lastre en muchos portafolios. Otras víctimas de las alzas de tasas fueron el ecosistema de start ups en EEUU., algunos bancos medianos en EEUU (Sillicon Valley Bank), los sectores inmobiliarios en países como Canadá, Australia y Suecia. Sin embargo, hasta ahora las víctimas no han sido lo suficientemente importantes como para convencer al FED que debe suspender el ciclo de alzas de tasas o comenzar a reducirlas con agresividad. Por ahora el mantra es “higher for longer”: más altas por más tiempo.

De esta manera, el año 2024 estará marcado por los crecientes efectos de un ciclo de alzas de tasas de interés que parece prolongarse más de lo que se pensó en su inicio. Si algo ha sorprendido en este ciclo ha sido la resiliencia de la economía de EE. UU., y sobre todo de su mercado laboral. La inflación sí ha caído, pero aún se encuentra levemente por encima de los rangos deseados por la FED, no obstante, el mercado laboral no muestra grandes ajustes y la economía norteamericana, trimestre tras trimestre ha sorprendido.

La economía norteamericana ha sido empujada por varias tendencias que es importante analizar para determinar si el 2024 será marcado por tasas altas o por el inicio del ciclo de baja de tasas. En primer lugar, EE.UU. ha tenido una política fiscal extremadamente expansiva y ello en un contexto de mercado laboral apretado. En segundo lugar, la fuerte baja de tasas de impuestos corporativos realizada durante el gobierno de Donald Trump le devolvió la competitividad fiscal al país del norte y le ha permitido volver a ser una aspiradora de capitales e inversiones, sobre todo en un mundo geopolíticamente incierto. En tercer lugar, un mercado laboral apretado, en parte por temas demográficos y en parte por restricciones migratorias, ha generado un alza en salarios reales, sobre todo en segmentos bajos, lo que ha apuntalado el consumo. En cuarto lugar, el consumo también ha sido apuntalado por un exceso de disponibilidad de ahorro que se generó durante la pandemia. Este último factor está por agotarse.

Por ahora, el mercado laboral sólo ha mostrado incipientes grietas como respuesta a casi 500 puntos base de alza de tasas. Se ha producido una disminución en la apertura de nuevos puestos de trabajo, pero aún no existe un alza del desempleo. Cuesta creer que luego de un ciclo agresivo de alzas de tasas y en donde la curva de rendimiento se invirtió fuertemente no se produzca un ajuste económico de proporciones. Probablemente, una parte del alza de tasas era necesaria solo para volver a un ciclo normal, luego de tantos años de tasas reprimidas, en especial si el apalancamiento de hogares y bancos estaba solucionado hace ya un tiempo. Pero el actual nivel de tasas reales sí parece restrictivo. Los créditos bancarios se han restringido sustancialmente y el sector inmobiliario se ha ajustado. En fin, todo apunta a una desaceleración relevante de la economía norteamericana en los próximos trimestres, lo que sin duda ayudará a hacer converger la inflación a los rangos que espera el FED.

Ello unido al mediocre crecimiento de China, harán del año 2024 uno de bajo crecimiento y tasas aún altas y probablemente iniciando un ciclo lento de bajas. Latinoamérica se encuentra bien posicionada en este escenario. Sus bancos centrales fueron ortodoxos a la hora de subir las tasas y lo han sido también en el inicio de bajas (salvo Chile). México se ha beneficiado del crecimiento norteamericano y del llamado “reshoring”, la vuelta de industrias desde Asia a EE.UU y México. Brasil ha ido de menos a más en expectativas de crecimiento, en parte apuntalado por su dinamismo exportador (agricultura y petróleo) y por la acumulación de reformas correctas desde hace 7 años. Estaríamos sobreponderados en una cartera global en la región: en acciones, bonos en dólares y bonos en moneda local.

En nuestras carteras globales estamos subponderados en acciones, los bonos hoy sí rentan y muchas veces muy positivamente. Las acciones en EE.UU. se encuentran en el rango superior de valorización. Las de mercados emergentes están especialmente baratas, así como las del factor Value en muchas partes. Compraríamos un portafolio de mercados emergentes ex China, en donde India destaque, y un buen ETF value de acciones norteamericanas. El dólar como moneda global también nos parece caro, por lo que sobreponderaríamos activos en otras monedas (Latinoamérica. Yen, Materias primas, oro). Los riesgos geopolíticos probablemente se incrementarán durante el año 2024, fruto de la multipolaridad que hoy caracteriza al mundo. Para cubrirse de ello un portafolio debería tener el bono de gobierno de 10 años de EE.UU, acciones de energía (petróleo y uranio), acciones de mineras de oro y activos en regiones alejadas del riesgo geopolítico o que lo mitigan (Latinoamérica, Canadá, India, defensa). Finalmente, para el más lago plazo pensamos que la revolución biotecnológica seguirá dando sorpresas, un buen ETF de ese sector también es recomendable en una perspectiva de tres años.

Este proceso de alza de tasas, además, le ha devuelto atractivo a la renta fija chilena. Si se concretan las bajas de tasas esperadas por parte del banco central de Chile,  caerán la rentabilidad de depósitos y le devolverá su atractivo a los bonos de gobierno, bancarios y corporativos en UF.

 

 

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