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José Escamilla: “Si las universidades no se actualizan, pueden perder relevancia"
El director asociado del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey, José Escamilla, fue invitado como expositor a el "Encuentro por la Innovación en Educación", en conmemoración de los 10 años de la Fundación LarrainVial. En entrevista con El Mercurio se refirió a la necesidad que tienen las universidades de adaptarse y evolucionar a modelos más flexibles.
Lee la entrevista completa a continuación:
El director del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey dice que la frontera entre la formación universitaria y la no formal desaparecerá y que 'las empresas no están contratando porque tienes un grado, sino competencias'. José Escamilla, director asociado del Instituto para el Futuro de la Educación del Tecnológico de Monterrey (México), se declara una persona 'optimista' ante el frenético avance de las tecnologías. Esta semana, el experto en educación disruptiva (modelos que rompen con lo tradicional) visitó Chile para exponer en el 'Encuentro por la Innovación en Educación', organizado por la Fundación Larraín Vial. En entrevista con 'El Mercurio' el especialista aborda la necesidad de que las universidades evolucionen hacia modelos educativos más flexibles y personalizados, el impacto de la inteligencia artificial y el papel de los educadores en la formación de competencias que se alineen con las demandas del mundo laboral. —¿Cómo será la educación superior en el futuro? 'El aprendizaje será flexible y las tecnologías permitirán simular una experiencia más personalizada, como si el alumno tuviera su propio profesor, algo que es muy disruptivo, porque financieramente es imposible hoy. El aprendizaje estará bastante más conectado con las necesidades de la industria, de la sociedad, de los negocios. Será un futuro en el que podremos reconocer aprendizajes adquiridos con la experiencia, que es el aprendizaje informal'. —¿Entonces se va a prescindir del rol del profesor? 'No. Creo que se va a transformar y vamos a necesitar educadores que tengan una formación distinta. Los profesores cumplen una función muy importante de acompañar, ser guías, dar tiempo de calidad a los estudiantes, entender el lenguaje no verbal, el contexto complejo de los seres humanos, competencias que la inteligencia artificial (IA) no tiene. Aún sin IA, el profesor debe estar menos al centro y el estudiante estar más activo, donde se utilizan pedagogías como el aprendizaje basado en problemas, en retos, en casos, donde el profesor es menos conferencista y más diseñador de experiencias'. —¿Cuáles son las tendencias disruptivas en educación? 'Una es el uso de realidad virtual y aumentada, que permiten estar inmerso en un ambiente en el que, de otro modo, no podrías estar. Ver el Coliseo Romano y analizar su arquitectura, por ejemplo. Nosotros las usamos para matemáticas, salud, química, puedes ver una molécula 3D y cómo se enlazan los átomos, o ver un objeto en el espacio'. —¿Hay apertura hacia una educación disruptiva? 'Hay apetito de parte de los estudiantes, porque estos modelos se acomodan mejor a sus necesidades. A lo mejor, no quieren un grado completo, sino adquirir ciertos conocimientos que puedan transferir a la práctica para tener más empleabilidad'. —¿Las universidades se están adaptando a estos cambios? 'Hay resistencia al cambio, por lo que parte de la disrupción ha venido de las startups, que buscan ofrecer opciones más flexibles, cortas y baratas. Ahí hay un riesgo, si las universidades no se actualizan, pueden perder relevancia. Ya hemos visto en sociedades más avanzadas, en Estados Unidos o Europa, que las empresas no están contratando personas porque tienes un grado en tu currículum, sino porque tienes ciertas competencias y no les importa cómo las adquiriste'. —¿Van a desaparecer los títulos universitarios? 'No creo que el grado académico vaya a desaparecer en los próximos 10 años. Creo que va a haber alternativas de formación. Los estudiantes se van a enfrentar a la decisión de si ir a la universidad o adquirir las competencias necesarias para un cierto trabajo en una formación que no es universitaria y que te da alta empleabilidad. Y los que vayan a la universidad van a tener una formación con más énfasis en las llamadas habilidades blandas, que son relevantes. Ambas opciones van a ser válidas después de la enseñanza media'. —¿Cómo se deben adaptar las universidades? 'Soy partidario de que se conviertan en instituciones de aprendizaje a lo largo de la vida y se visualicen a sí mismas como parte de estos cambios. Hoy las universidades ven el grado académico como algo top, mientras que la educación continua está en un nivel más bajo, pero tienen que entender que la educación continua va a ser todavía más relevante en el futuro. Tenemos que buscar derrumbar las paredes entre la educación formal y la no formal, de manera que los estudiantes puedan transitar en una especie de espiral en donde estudias, trabajas, estudias, trabajas'. —¿Qué papel juega la inteligencia artificial en esto? 'Lo que falta todavía por ver y entender es el impacto que la IA va a tener en el mundo del trabajo. Y si las universidades preparan para la vida, el trabajo es parte de la vida, entonces, tienen que prepararse para un mundo donde los estudiantes van a usar la IA. Por lo tanto, no debemos prohibirla, la discusión es cómo la integramos. Le puedes pedir a la IA que te haga un plan de negocios, ¿pero qué le voy a enseñar a los estudiantes para que sepan reconocer que es un buen plan de negocios?'. —¿Qué competencias van a ir quedando obsoletas versus las que van a ser más necesarias? 'No alcanzo a vislumbrar una que no vaya a ser necesaria, pero desde luego las competencias horizontales, como el pensamiento crítico, la capacidad de mantener a un grupo alineado, tocar emociones, van a ser más relevantes, porque no son tan fáciles de reproducir por una inteligencia artificial, pues son inherentes al humano'. |
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