Pablo Méndez y Santiago Valenzuela
LarrainVial Estrategia
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Características de una estrategia accionaria defensiva
En términos generales, el mercado entiende una estrategia defensiva de acciones como aquella que aglutina empresas que tienen ingresos recurrentes y que no están afectos a los ciclos económicos. Tradicionalmente, este tipo de compañías son conocidas como Utilities (Servicios Básicos o Públicos), ejemplo de ellas son: Colbún, ECL, Aesgener, entre otras. Sin embargo, en los últimos años ha tomado fuerza el concepto “defensivo” como un estilo de inversión relacionado a la construcción de portafolios de acciones de baja volatilidad. Así, por ejemplo, para Estados Unidos existe un instrumento que invierte sólo en acciones cuya volatilidad es menor al índice (S&P 500).
Como muestra el gráfico 1, la selección de un portafolio con acciones de baja volatilidad presenta un mejor desempeño que el índice de referencia (o el “mercado completo”), algo que muchas veces puede resultar contra intuitivo, dado que un portafolio formado con acciones riesgosas debería compensar con un mayor retorno esperado. Nótese que al considerar desde el año 2000 en adelante, la estrategia de baja volatilidad ha rentado en promedio 9,9% anualizado, mientras que el S&P 500 un 4,3%. Es más, la volatilidad de cada índice es 17% y 23%, respectivamente (anualizado, sobre retornos diarios).
Las estrategias defensivas o de “baja volatilidad” (low volatility) han sido ampliamente estudiadas para los mercados desarrollados y en los últimos años se ha incrementado el interés por ellas. Existe bastante investigación que documenta este tipo de estrategias(1), y en general la evidencia empírica muestra que en Estados Unidos en los últimos 50 años un portafolio formado por acciones de baja volatilidad renta en promedio (mensual) 52 puntos base sobre el mercado y 35 puntos base más que el portafolio de acciones más volátiles.
Para el caso chileno no hemos encontrado evidencia al respecto. Sin embargo, llevamos tiempo complementando nuestras recomendaciones con estrategias de este tipo. Si bien el universo es más acotado, hemos construidos portafolios que consideran la volatilidad y el tamaño de las empresas. El gráfico 2 y la tabla muestran los resultados de estas estrategias de inversión. Nótese que a diferencia del caso norteamericano, la estrategia “baja volatilidad” es ligeramente mejor que el IPSA; no obstante, registra una amplia ventaja sobre un portafolio de “acciones defensivas”. De hecho, en los últimos 10 años este portafolio tiene mayor volatilidad que el mercado (16,7% versus 15,1%).
Este resultado confirma, en parte, la evidencia empírica internacional en el caso chileno. Es claro notar que una estrategia defensiva no es pertinente en todo momento del tiempo (véase por ejemplo 2016) y esta debe ser complementada con otras estrategias que, de la mano de un monitoreo activo de acciones, otorgue protección ante los ciclos económicos y tenga un mejor retorno esperado que el IPSA.
(1) Por ejemplo, Blitz and Van Vliet (2007); “The Volatility Effect: lower risk without lower return”; Working Paper.
Gráfico 1: S&P 500 y Estrategia Baja Volatilidad (índice base 100: 30 de junio de 2000)

Fuente: Bloomberg
Gráfico 2: Distintas Estrategias para Chile (índice base 100: 31 de mayo de 2007)

Fuente: LarrainVial Estrategia
Tabla: Principales Resultados para Chile

* Nota: hemos construido un portafolio igualmente ponderado que incluye ENELAM, AESGENER, ECL, ENELGXCH y COLBUN.
Fuente: LarrainVial Estrategia
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