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Porqué invertir en renta fija soberana emergente en dólares

Alejandro Guin Po

Economista LarrainVial Asset Management

23/01/2023
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3 Minutos

Seis argumentos para apostar por renta fija soberana emergente en dólares

Las últimas versiones de la encuesta de Bank of America realizada a los gestores de inversiones globales consultaba acerca de la apuesta más popular del año 2023, en la mayoría de los expertos se inclinó por los bonos de gobierno. Al mismo tiempo, comenzaban a anticipar una rotación desde el mercado accionario estadounidense hacia los diferentes activos emergentes. En ese sentido, numerosos analistas hemos calificado a la renta fija soberana emergente en USD como una atractiva oportunidad para el presente año.

Los argumentos que justifican nuestra postura consideran razones desde los fundamentos macroeconómicos como también aprovechar tácticamente la entrada hacia el activo.

En primer lugar, el nivel de las tasas de interés globales disminuirá durante el año. Lo anterior será consecuencia de que el fenómeno inflacionario ha ido pasando y ya se han alcanzado los niveles máximos del incremento de precios, como han dejado de manifiesto las últimas publicaciones económicas. Si bien es discutible la velocidad y el momento en que los bancos centrales – especialmente la Reserva Federal – comenzarán a bajar tasas, aquello ya se encuentra parcialmente internalizado por el mercado.

En segundo lugar, la reapertura de la economía china empieza a mostrar señales positivas. Los indicadores de alta frecuencia como la movilidad en trenes, viajes en aviones y transacciones comerciales ya daban cuenta de una reactivación, lo que fue confirmado en la última publicación de actividad, con valores por sobre lo esperado a pesar de las variaciones negativas. Con la llegada del año nuevo chino y a la espera de una demanda subyugada, el impulso chino promete impulsar al resto de los países emergentes.

En tercer lugar, luego de un par de años de políticas fiscales expansivas y desequilibrios en las cuentas externas, la reducción del déficit fiscal se ha concretado por el menor gasto desde los gobiernos y la caída en las importaciones ha aliviado la presión en las balanzas comerciales. Ambos hechos se traducen en una menor presión en las necesidades de financiamiento de los países emergentes, lo que se ha combinado con condiciones de financiamiento más laxas como se mencionó en el primer punto.

En cuarto lugar, los bonos soberanos se encuentran muy castigados y existe una gran probabilidad de recuperación. El retorno absoluto en 2022 fue muy negativo – llegando en su peor momento a -26% en un año – porque las tasas del Tesoro americano a 10 años subieron más de 270 puntos base, el principal factor de riesgo del activo. Adicionalmente, existió un castigo a los países en situaciones de mayor estrés financiero – especialmente luego de la invasión de Ucrania por parte de Rusia – como ocurrió en países como Ghana y Sri Lanka. En ese sentido, la posibilidad de una reestructuración en acuerdo con el FMI o la mejora en sus condiciones dado el contexto global más favorable son catalizadores importantes de posibles ganancias de capital.

En quinto lugar, los flujos están retornando al activo. Luego que en 2022 gran parte de los inversionistas se refugiasen en activos como el dólar y el oro, desde mediados de diciembre del año pasado han comenzado a retornar explicando parcialmente el positivo retorno a la fecha.

En sexto lugar, no se puede ignorar la atractiva tasa que está entregando este tipo de instrumento – medida mediante el yield to maturity del mismo – que se encuentra actualmente en USD + 8,2%, en base anual, la más alta de los últimos 15 años.

En síntesis, son varios los argumentos que conjugan un buen momento para la clase de activo, especialmente luego de un 2022 que fue muy negativo. Es bien sabido que las condiciones macroeconómicas revierten y es difícil imaginar un escenario en que el contexto sea más favorable hacia este tipo de estrategia.

Columna publicada en El Mercurio Inversiones

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