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Fontaine: "El mundo está recuperado de la gran crisis de la década pasada"

17/07/2015
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Fontaine: "El mundo está recuperado de la gran crisis de la década pasada"

Juan Andres Fontaine, ex ministro de Economía del gobierno de Sebastián Piñera, fue uno de los expositores principales del seminario "El Chile de Hoy", realizado por LarrainVial Asset Management el pasado 25 de junio en Santiago. Después de su presentación accedió a responder algunas preguntas del Blog de LarrainVial.

¿Qué medidas tomaría hoy si fuera Ministro de Hacienda, o Ministro de Economía como lo fue en el gobierno de Sebastián Piñera?

Lo más importante hoy es reanudar la carrera del desarrollo. Esto exige reimpulsar la inversión a través del emprendimiento y la innovación. Conspiran contra ello muchas de las reformas que promueve el actual Gobierno y lo primero que habría que hacer es reformularlas. Me refiero a simplificar y moderar la carga que implica la reforma tributaria, reequilibrar y reenfocar las propuestas de la reforma laboral, reorientar el gran esfuerzo fiscal que significará la reforma educacional y evitar que el anunciado “proceso constituyente” produzca incertidumbre.

¿Es técnicamente factible implementar tantas reformas importantes en un solo gobierno de cuatro años?

En general, las reformas planteadas son de aplicación gradual, así es que no veo gran problema de factibilidad técnica por iniciarlas al mismo tiempo. El problema es otro: su orientación la estimo equivocada y, a veces, su diseño es defectuoso.

¿Qué más puede hacer hoy el Banco Central para apoyar a la economía? ¿Le quedan medidas o margen de acción en este escenario de menor crecimiento?

El Banco Central ha seguido una política monetaria expansiva: ha aumentado la oferta de dinero a tasas de dos dígitos, recortado su tasa de política monetaria (TPM) en 200 puntos base y – mediante declaraciones y anuncios - tolerado que el costo del crédito, tanto de corto como de largo plazo, baje a niveles inusitadamente bajos. En parte eso se justifica porque también en Estados Unidos y Europa la estrategia monetaria ha sido muy expansiva: al seguir la corriente el Banco Central de Chile ha impulsado una fuerte depreciación del peso, lo cual, dentro de ciertos márgenes, ayuda a reactivar las exportaciones. El problema es que también, junto con las alzas de salarios por sobre la productividad, ello puede ser un factor de inflación. La subida del IPC por sobre el 4% enciende una luz amarilla: mientras la presión inflacionaria no cese, el Banco Central no puede bajar otra vez la TPM. Hacerlo podría comprometer su credibilidad como guardián de la estabilidad de precios.  

¿Qué medidas para estimular la inversión podrían cambiar el ambiente?

Antes que nada, eliminar la incertidumbre generada por las reformas tributaria, laboral y constitucional. En segundo lugar, reformular proyectos de ley que, aunque persiguen propósitos loables, contienen normas que crean incertidumbre y trasuntan un sesgo anti mercado. Es el caso de los proyectos de ley de biodiversidad, descentralización, protección de glaciares, Código de Aguas, entre otros. Finalmente, lo más importante es remover las barreras regulatorias y legales que están demorando las aprobaciones ambientales de los grandes proyectos en energía, minería e industria.    

Por su parte, ¿qué pueden hacer los empresarios del país por la política hoy?

A propósito de condenables irregularidades o delitos, el tema ha sido tratado muy livianamente. Estimo no sólo legítimo y propio de una sociedad libre, sino necesario para la buena marcha del país que los empresarios, así como los académicos, profesionales, sindicalistas y religiosos, entre otros, participen en el debate político, aportando ya sea ideas, tiempo o recursos. Nuestra democracia se ha favorecido de un debate de alto nivel en muchas materias gracias al aporte de las universidade y centros de estudios que reciben aportes de empresas. No veo por qué sea condenable que las empresas aporten a los partidos y candidaturas políticas, y que también lo hagan las personas naturales. Las empresas tienen un legítimo interés  en que el país marche bien y eso requiere de buenas políticas, lo que cuesta plata. Tratándose de sociedades – que integran a personas de diferente pensamiento - desde luego que esos aportes habrán de someterse a normas de buen gobierno corporativo.

Una cosa enteramente diferente es que los aportes, sean éstos personas naturales, empresas u otras entidades, se beneficien – fraudulentamente - de un descuento tributario (por ejemplo, al hacerlos pasar como gastos necesarios para producir renta) o, lo que es mucho peor, que sean utilizados para sobornar legisladores u otras autoridades. También los aportes extraídos por sus beneficiarios mediante amenaza o extorsión. Cuando se comprueben tales delitos, deben ser condenados y castigados de manera ejemplarizadora.           

¿Cuáles son los mayores riesgos y oportunidades que vislumbra en la economía internacional?

Creo que el mundo está básicamente recuperado de la gran crisis de fines de la década pasada. Queda Grecia pendiente (la que, o se sale del euro, o le dan una prorroga en estos días)  y una enorme deuda pública en Estados Unidos y Europa, pero es sobrellevable. Que el mundo vuelva a crecer a ritmo normal es buena noticia para Chile. Sin embargo, me preocupa el impacto que pueda ocasionar la inevitable normalización de las tasas de interés en el mundo (hoy insosteniblemente bajas) y la probable desaceleración del crecimiento chino, cuya expectativa está deprimiendo los precios de las materias primas, incluido el cobre.    

Ciertos analistas creen que en China se está produciendo una burbuja. ¿Es una alternativa real? Y, de ser así, ¿cómo afectaría a la economía chilena y mundial?

China siguió por más de 20 años una estrategia de crecimiento exportador basada en mucho ahorro y tipo de cambio real alto. Tiempo atrás concluyó que debía girar hacia una estrategia más basada en el consumo interno, con menos ahorro y un tipo de cambio real menor. Pero como esa transición es compleja, optó por ir pasito a pasito, con paciencia china. A primera vista, la gradualidad facilita las cosas, pero en verdad crea distorsiones: un tipo de cambio real declinante suele invitar al sobre endeudamiento moneda extranjera, al alza desmedida de bienes raíces y acciones. Ese es el origen de la burbuja y hay síntomas que está llegando a su fin: el tipo de cambio real ya ha bajado mucho, hay cierta salida de capitales externos y el crédito se está tornando restrictivo. Otros países en esas condiciones han sufrido una catástrofe, pero China tiene muchas fortalezas (entre otras, altísimas reservas internacionales) de modo que no creo ese vaya a ser su caso. Pero probablemente va marchar mucho más lento que antes.

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