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El Private Equity como alternativa de inversión
Pese a que la gran mayoría de las compañías y/o proyectos del mundo no se encuentran listados en ninguna bolsa de valores, el Capital Privado (o Private Equity) se considera un activo “alternativo”, muchas veces desconocido para la gran mayoría de los inversionistas principalmente debido al limitado acceso a información que caracteriza esta clase de activos.
Sin embargo, el mundo ha cambiado. Una industria incipiente e informal se ha transformado en una fuerza relevante en el mundo. Anualmente atrae miles de millones de dólares, y aquellos que históricamente han invertido en Private Equity se han beneficiado de retornos extraordinarios. Este éxito cierto (o percepción de éxito en algunos casos) ha atraído las miradas hacia este mundo hasta hace poco desconocido.
Para tratar de responder a los desafíos actuales, el Private Equity está experimentando un cambio de estrategia, de una basada en la ingeniería financiera a una basada en la mejora tangible del rendimiento, la rentabilidad y el crecimiento de la última línea. Los inversionistas, por su parte, exigen experiencia operativa comprobada para apoyar la creación de valor.
En definitiva, para aquellos inversionistas con capacidad de esperar, invertir en Private Equity entrega una potencial fuente de retornos atractivos, además de diversificar una cartera de inversiones.
Un mejor entendimiento de esta clase de activo permite a los inversionistas ponerse a la vanguardia, en un mundo dominado mundialmente por los inversionistas institucionales (fondos de pensiones, compañías de seguros y bancos, entre otros) y por inversionistas de alto patrimonio. En el resultado final de la inversión, la selección de los fondos – y por consecuencia del gestor a cargo – hace la diferencia.
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