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Nuevo paquete fiscal de EE.UU.: ¿sería inflacionario?

Equipo Portafolios de Inversión

LarrainVial Estrategia

08/02/2021
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3 Minutos

Nuevo paquete fiscal de EE.UU.: ¿sería inflacionario?

El 20 de enero se llevó a cabo el cambio de mando en Estados Unidos, donde Joe Biden asumió como nuevo presidente del país. En este contexto, el mercado está expectante a la aprobación de un nuevo paquete de estímulo fiscal, el cual podría alcanzar los US$1,9 trillones, de acuerdo con la propuesta de los Demócratas. Frente a esto, en un escenario de mayor gasto fiscal y política monetaria expansiva, ha surgido preocupación acerca de un posible aumento en la inflación. Sin embargo, no consideramos que esto represente un posible riesgo en el mediano plazo, y esperamos que el nivel de precios se mantenga bajo la meta por un periodo prolongado. 

El primer argumento a favor de esto es que las brechas de capacidad, concepto que mide la diferencia entre el producto efectivo y el producto potencial de un país, se mantienen abiertas (ver gráfico 1). Esta situación se ha intensificado producto de la crisis del Covid-19, y evita que se generen presiones al alza en los precios. Por lo tanto, mientras la demanda agregada no se recupere de forma completa en Estados Unidos, no deberíamos ver alzas en los niveles de inflación.

Un segundo argumento tiene relación con el exceso de ahorro privado en el país, el cual se viene acumulando desde la crisis financiera global y que se acrecentó dada la pandemia (ver gráfico 2). Durante el 2020 se generó un significativo shock de demanda, donde tanto el consumo como la inversión privada disminuyeron considerablemente, dando paso a un aumento en el ahorro privado, el cual alcanzó sus máximos históricos. De esta forma, el nuevo paquete de estímulo fiscal iría destinado a disminuir esta brecha en la demanda privada evitando, incluso, un posible riesgo de deflación.

Los argumentos descritos anteriormente generan un contexto favorable para que los niveles de inflación se mantengan bajos durante los próximos años. En este sentido, una de las repercusiones más relevantes es que el Fed debería mantener la tasa de política monetaria en terreno expansivo por un periodo prolongado. Esta situación se vuelve más factible luego del anuncio de su nueva meta de inflación, donde buscará que esta promedie 2%. Dado que los niveles de inflación actuales se ubican lejos de ese objetivo (ver gráfico 3), las tasas se deberían mantener bajas en el mediano plazo.

En un escenario donde las presiones inflacionarias no deberían generar una corrección, el apetito por riesgo de parte de los inversionistas se debería mantener. Dado esto, en nuestro último comité de Portafolios de Inversión decidimos mantener nuestra estrategia de privilegiar renta variable emergente, reconfigurando marginalmente el posicionamiento en los portafolios en pesos y manteniéndolo en dólares.

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